Vuelvo a las andadas queridos lectores, otra vez he caído en la pereza blogera que sin remedio se apodera de mí de forma demasiado frecuente, pero al fin he logrado vencerla.
Esta vez voy a hablaros de un videojuego que me tiene enganchado últimamente, el genial Imperial Glory, desarrollado por la empresa española Pyro Studios.
Imperial Glory apareció en 2005 siguiendo la estela de otros títulos de estrategia, especialmente de la también genial serie de juegos Total War.
El juego está ambientado en uno de los periodos históricos más interesantes, fines del siglo XVIII y principios del XIX donde se ubican acontecimientos tan conocidos como la Revolución Francesa y las Guerras Napoleónicas.
Nada mas empezar el modo campaña debemos elegir uno del los cinco imperios jugables que se incluyen en el juego: Rusia, Prusia, Francia, Gran Bretaña (o la pérfida Albión si lo preferís) y Austria. En nuestro país hubo quejas porque los desarrolladores no incluyeron a España como potencia jugable y además siendo la compañía española. Yo creo que es comprensible que no sea jugable, pues por ésta época España era ya una potencia de segundo orden, aunque todavía dio guerra hasta después de la guerra de independencia, pero también es verdad que cinco países jugables me parecen pocos.
Tras haber elegido el imperio que queramos dirigir pasaremos al mapa de campaña que nos muestra Europa, parte de próximo oriente y el norte de África. Desde éste mapa manejaremos los aspectos más globales de la estrategia de nuestro imperio (a algunos os recordará al risk), la economía y comercio, construcción de edificios en los distintos territorios en nuestro poder, reclutamiento de tropas y construcción de barcos, así como el movimiento de éstas por el mapa y la parte mas original, según mi opinión de éste juego: la diplomacia, con posibilidades tan variadas como coaliciones, alianzas defensivas, tratados comerciales, armisticios, declaraciones de guerra, préstamo de ejércitos, matrimonios...
El éxito de éstas acciones diplomáticas dependerán de la cantidad de capital ofrecido a cambio y de las relaciones buenas o malas que tengamos con el territorio a negociar. El nivel de relaciones dependerá de las acciones que llevemos a cabo en la partida, por ejemplo si invadimos un territorio sin declaración de guerra previa, nuestra popularidad con respecto a otras países descenderá dramáticamente. La popularidad también es importante para llevar a cabo anexiones pacíficas, si nuestra popularidad con un territorio llega al máximo y hemos construido un consulado en él podremos llevar a cabo la anexion del susodicho que quedará bajo nuestra dirección. La mayor virtud del juego en éste apartado es que las demás naciones no se quedarán cruzadas de brazos y nos propondrán tratados con frecuencia y de forma bastante coherente.
El aspecto más espectacular del juego son las batallas, tanto terrestres como navales que podremos librar personalmente o dejar que se resuelvan automáticamente.
Cuando las dirigimos personalmente pasaremos del mapa general al campo de batalla. El motor gráfico del juego es en mi opinión sobresaliente, el terreno está lleno de detalles (casas, bosques, animales) y las tropas lucen sus coloridos y detallados uniformes mientras marchan en formación. Las descargas de los mosquetes provocan nubes de humo y las balas de cañón arrasan el terreno y a los desafortunados que se crucen en su camino, los gritos de los soldados y el sonido de los disparos y combates cuerpo a cuerpo crean una atmósfera bastante absorbente. El punto negativo de las batallas es que quizá se hacen algo cortas comparadas con, por ejemplo, las de jugos de la serie Total War. Las batallas navales lucen el mismo aspecto impecable que las terrestres, los navíos muy detallados, incluyendo tripulación animada y un mar en el que casi puedes zambullirte. A pesar de esto las batallas navales son bastante complicadas ya que los barcos se manejan individualmente, los que nos obliga a estar pendientes de cada uno en todo momento y esto con cuatro o cinco navíos bajo tu control puede ser bastante complicado. Por esta razón suelo resolver los combates navales automáticamente (cuando juegas con Inglaterra no es mucho problema).
El último apartado importante que comentar sobre el juego es el de la ciencia y los quests. Con la construcción de academias, universidades etc, podremos acumular puntos de ciencia que gastar en avances sociales, militares, económicos, y diplomáticos que nos darán mas posibilidades a medida que se vayan desarrollando, además cuando conseguimos uno de éstos adelantos nos aparecerá un quest a completar, para lo que nos pedirá unos requisitos (conseguir cierta cantidad de recursos, rutas marítimas etc) una vez completado se nos recompensará al respecto, generalmente según la temática del quest , por ejemplo con el de la revolución médica se construirán hospitales en todos nuestros territorios de forma gratuita.
Quizá con el rollo que os he soltado en vez de animaros a jugarlo he hecho lo contrario, pero os aseguro que si os gustan este tipo de juegos (si no puede que lleguéis a odiarlo) os lo pasaréis como auténticos enanos, pero cuidado queridos lectores, si algo nos enseña la historia es que el poder corrompe...
Esta vez voy a hablaros de un videojuego que me tiene enganchado últimamente, el genial Imperial Glory, desarrollado por la empresa española Pyro Studios.
Imperial Glory apareció en 2005 siguiendo la estela de otros títulos de estrategia, especialmente de la también genial serie de juegos Total War.
El juego está ambientado en uno de los periodos históricos más interesantes, fines del siglo XVIII y principios del XIX donde se ubican acontecimientos tan conocidos como la Revolución Francesa y las Guerras Napoleónicas.
Nada mas empezar el modo campaña debemos elegir uno del los cinco imperios jugables que se incluyen en el juego: Rusia, Prusia, Francia, Gran Bretaña (o la pérfida Albión si lo preferís) y Austria. En nuestro país hubo quejas porque los desarrolladores no incluyeron a España como potencia jugable y además siendo la compañía española. Yo creo que es comprensible que no sea jugable, pues por ésta época España era ya una potencia de segundo orden, aunque todavía dio guerra hasta después de la guerra de independencia, pero también es verdad que cinco países jugables me parecen pocos.
Tras haber elegido el imperio que queramos dirigir pasaremos al mapa de campaña que nos muestra Europa, parte de próximo oriente y el norte de África. Desde éste mapa manejaremos los aspectos más globales de la estrategia de nuestro imperio (a algunos os recordará al risk), la economía y comercio, construcción de edificios en los distintos territorios en nuestro poder, reclutamiento de tropas y construcción de barcos, así como el movimiento de éstas por el mapa y la parte mas original, según mi opinión de éste juego: la diplomacia, con posibilidades tan variadas como coaliciones, alianzas defensivas, tratados comerciales, armisticios, declaraciones de guerra, préstamo de ejércitos, matrimonios...
El éxito de éstas acciones diplomáticas dependerán de la cantidad de capital ofrecido a cambio y de las relaciones buenas o malas que tengamos con el territorio a negociar. El nivel de relaciones dependerá de las acciones que llevemos a cabo en la partida, por ejemplo si invadimos un territorio sin declaración de guerra previa, nuestra popularidad con respecto a otras países descenderá dramáticamente. La popularidad también es importante para llevar a cabo anexiones pacíficas, si nuestra popularidad con un territorio llega al máximo y hemos construido un consulado en él podremos llevar a cabo la anexion del susodicho que quedará bajo nuestra dirección. La mayor virtud del juego en éste apartado es que las demás naciones no se quedarán cruzadas de brazos y nos propondrán tratados con frecuencia y de forma bastante coherente.
El aspecto más espectacular del juego son las batallas, tanto terrestres como navales que podremos librar personalmente o dejar que se resuelvan automáticamente.
Cuando las dirigimos personalmente pasaremos del mapa general al campo de batalla. El motor gráfico del juego es en mi opinión sobresaliente, el terreno está lleno de detalles (casas, bosques, animales) y las tropas lucen sus coloridos y detallados uniformes mientras marchan en formación. Las descargas de los mosquetes provocan nubes de humo y las balas de cañón arrasan el terreno y a los desafortunados que se crucen en su camino, los gritos de los soldados y el sonido de los disparos y combates cuerpo a cuerpo crean una atmósfera bastante absorbente. El punto negativo de las batallas es que quizá se hacen algo cortas comparadas con, por ejemplo, las de jugos de la serie Total War. Las batallas navales lucen el mismo aspecto impecable que las terrestres, los navíos muy detallados, incluyendo tripulación animada y un mar en el que casi puedes zambullirte. A pesar de esto las batallas navales son bastante complicadas ya que los barcos se manejan individualmente, los que nos obliga a estar pendientes de cada uno en todo momento y esto con cuatro o cinco navíos bajo tu control puede ser bastante complicado. Por esta razón suelo resolver los combates navales automáticamente (cuando juegas con Inglaterra no es mucho problema).
El último apartado importante que comentar sobre el juego es el de la ciencia y los quests. Con la construcción de academias, universidades etc, podremos acumular puntos de ciencia que gastar en avances sociales, militares, económicos, y diplomáticos que nos darán mas posibilidades a medida que se vayan desarrollando, además cuando conseguimos uno de éstos adelantos nos aparecerá un quest a completar, para lo que nos pedirá unos requisitos (conseguir cierta cantidad de recursos, rutas marítimas etc) una vez completado se nos recompensará al respecto, generalmente según la temática del quest , por ejemplo con el de la revolución médica se construirán hospitales en todos nuestros territorios de forma gratuita.
Quizá con el rollo que os he soltado en vez de animaros a jugarlo he hecho lo contrario, pero os aseguro que si os gustan este tipo de juegos (si no puede que lleguéis a odiarlo) os lo pasaréis como auténticos enanos, pero cuidado queridos lectores, si algo nos enseña la historia es que el poder corrompe...
4 comentarios:
Recuerdo que probé este juego en tu casa un día. Tenía buena pinta, ya veo que te gustó. Gracias por el análisis.
Pues ahora que hay vacaciones anímate a probarlo, podrás conquistar Finlandia y expulsar a Frederk Charles de Hesse de una vez por todas.
Oh, estimado profesor cornucopia. Al fin un artículo que puedo comentar! Siento la falta de comentarios en su web, pero no suelo estar muy versado en los temas que trata; si alguna vez se anima a hacer un artículo sobre fotografías de mujeres vestidas únicamente con botas de cuero con tacones kilométricos o sobre física (no se cual de ambos temas denota una mente mas enferma), me animaré sin duda a comentarlo.
El videojuego tiene buena pinta, poder controlar una guerra desde el punto de vista de producción, estrategico y en el campo de batalla. Quizá me de por probarlo. Por cierto, no han hecho un juego parecido ambientado en la actualidad? (o al menos en la 2 guerra mundial) Porque ese sí que me resultaría harto fascinante.
Espero vernos pronto en su visita de negocios en aquesta mi ciudad. Iré limpiando la roña de la mansión para que todo sea de su agrado.
El juego os gustará Mr Abad, ya que si os gustaba el civilization, éste es algo mas sencillo y directo. No me suena que hayan sacado un juego de éste estilo sobre la IIª GM, o ambientado en algún libro de Tom Clancy,autor que usted tanto adora.
Gracias por la sugerencia, pero lo de las mujeres en botas de cuero se lo dejo a otros blogs que abundan sin duda en la red.
Nos veremos en su humilde morada en breve, y dígale a su mayordomo que ya basta.
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